jueves, 26 de agosto de 2010

Querida Jackie.....


Jackie Oh!

Era tan elegante que parecía que no se preocupaba de serlo, lo que le hacía, a su vez, serlo mucho más. Además, no era especialmente guapa, quiero decir que no tanto como lo eran los otros grandes iconos de esa época con los que tuvo que rivalizar, por cierto todos tomados del cine. Al no ser tan espectacular como Audrey Hepburn o Grace Kelly –por no hablar de los otros dos mitos de la década, Ava Gardner y Marilyn–, para la inmensa mayoría de las mujeres era ‘interesante’, a fuerza de ser atractiva sin dejar de ser respetable. ¿Cómo lo conseguía? Al parecer, siendo educada, culta y de una elegancia natural “relajada”, como ha señalado Carolina Herrera, que pudo vestirla los últimos años de su vida. Por si todo esto no fuese suficiente, era experta en manejar sus apariciones mediáticas. Antes de ser la first lady, cuando sólo era la mujer del senador John Fitzgerald Kennedy, ya tenía seducidos a todos los periodistas de sociedad de su país y a muchos de los comentaristas internacionales. Miles de fotografías en las revistas Look, Saturday Evening, Lifestyle o Photoplay lo prueban.

Quien fuera reconocida como la mejor embajadora del vestido cocktail, o del look sport, pudo además confirmarse como la perfecta anfitriona del vestido largo. Sus trajes de gala con los hombros desnudos hicieron historia y no sólo de la moda... No me cansaré de repetir que su verdadera confirmación se la proporcionó el general De Gaulle –con motivo de su visita oficial a Francia– el día que en las escaleras del Palacio del Elíseo, residencia del presidente de la República, la recibió mirando simultáneamente, con igual admiración diría yo, a sus ojos y a sus zapatos... Aquella mujer vestida por Oleg Cassini con uno de sus característicos trajes de chaqueta blancos, collar de doble vuelta de perlas al gusto Chanel, pelo recogido y sombrero casquette era coronada como “elegante” en el país que facturaba oficialmente las etiquetas de la elegancia... Aquello sí que era, con permiso de Gershwin, el verdadero triunfo de “una americana en París”.
Aun así, Jackie ‘O’, como pasó a llamarse desde que se casó con Onassis, nos sigue pareciendo elegante. Una mujer que puso de moda todo lo que llevaba, que –el colmo de la influencia en moda– se puso de moda a sí misma. Y su estela continúa. Ella es, con toda seguridad, la mujer más elegante que el poder le ofreció nunca a la moda .

( P.Mansilla)


''Dedicated to Jackie Kennedy a brilliant and strong woman who never objected to any reverse of the life.''

Mak.
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